CRISTIANOS DEL NUEVO SIGLO
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sábado, 25 de enero de 2025
Auschwitz, 80 años
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Auschwitz, 80 años
Por Miguel Ángel Moya | 25/01/2025 | Opinión
Fuentes: Rebelión
«El fascismo es un cáncer que prolifera rápidamente, y su regreso nos amenaza: ¿es mucho pedir que nos opongamos a él desde el principio?», Primo Levi (1919-1987):
Entre los griegos existía la creencia de que los dioses les provocaban ceguera a aquellos cuya perdición buscaban. Así por ejemplo, la introducción del caballo de madera en la ciudad de Troya cuando esta fue asediada por los aqueos: el que cuatro veces el caballo se detuviera en seco durante el traslado escuchándose ruidos metálicos en su interior y las advertencias de la adivina Casandra no fueron suficientes para disuadir a los troyanos de la acción que causaría la ruina de la ciudad, tan obcecados estaban.
Fue el propósito que la experiencia de la deportación aportó a la vida de Primo Levi: dar testimonio, para que el horror que a él le tocó vivir por causa del nazismo no vuelva a suceder. Los ochenta años transcurridos desde la liberación del campo de concentración de Auschwitz (27-01-45), sin embargo, no nos condujeron a inmunizarnos contra el cáncer del fascismo. Porque el de Primo Levi no fue el único testimonio y tampoco faltó documentación y evidencia física de todo tipo que respalden lo manifestado por víctimas sobrevivientes. También en este caso, las advertencias fueron en vano. Pero esto no podemos achacárselo a los dioses.
El capitalismo, y también el fascismo, que es el rostro sin máscara del capitalismo (y «potencia negativa siempre actual», escribe Rocco Carbone) son ambos enemigos de la vida, y de lo que se trata es de navegar en sentido opuesto: pulsión de vida (Eros) contra pulsión de muerte (Tánatos). La pulsión de muerte y destrucción que anida en el fascismo es evidente en su radical negación -tendiendo a la eliminación- de la otredad (socialistas, judíos, homosexuales, etc.) mientras que la pulsión de vida impulsa a los individuos hacia la unidad por la senda del amor, la amistad, la creación. La barbarie del siglo XX tiene su expresión extrema en los campos de concentración y exterminio nazis. El fascismo se constituye a partir de la figura del enemigo, sin «enemigo» no hay fascismo: con meridiana claridad lo expresa Primo Levi cuando escribe que compartiendo la suerte de todos los judíos de la Europa invadida por los nazis, él se «convirtió» en «el otro», esto es, extraño, o sea enemigo. Pero no menos revelador es ese otro párrafo en el que señala que en Italia fue donde tuvo lugar «el primer experimento europeo de asfixia del movimiento obrero y de sabotaje de la democracia»: el fascismo. Y, claro, es aquí es donde radica la posibilidad de una correcta comprensión del fenómeno.
Como forma particular de la reacción, ¿cuál es la particularidad del fascismo? Para Primo Levi, la negación, en la teoría o en la práctica, de la fundamental igualdad de derechos entre todos los seres humanos. En línea con lo expresado por Kant en su imperativo categórico, que propone actuar siempre de tal forma que uno pueda desear que nuestra acción se convierta en ley universal, de manera de usar siempre la humanidad como un fin y nunca como un medio porque si el hombre existiera solo como un medio, ello significaría actuar bajo el imperio del egoísmo o la esclavitud: a través de esta fórmula, se lograba el respeto a los demás y a uno mismo. La plena realización del fascismo del que fue víctima Primo Levi dio lugar al nacimiento del más brutal de los sistemas esclavistas, la consagración del privilegio, la desigualdad y la ausencia de libertad. Y la negación, por los regímenes fascistas, de esta fundamental igualdad de derechos, solo puede apoyarse en la violencia (eliminación de opositores, del «enemigo») o el fraude, para convencer de que el atropello es legítimo y que bien lo vale para forjar un destino de grandeza y prosperidad. Coacción y persuasión, las dos fuerzas operativas sobre las que trabaja Gramsci el concepto de hegemonía. Primo Levi dio testimonio y lo hizo de manera ejemplar. Su intenso humanismo se resentía de toda injusticia cometida en cualquier lugar y lo llevó a expresarse en estos términos: «Todo aquel que regrese para contar masacres de mujeres y niños, a manos de quien sea, en cualquier tierra, en el nombre de toda clase de ideologías, es nuestro hermano, y nuestra solidaridad está con él.»
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.
resiliencia palestina derrotó a la arrogancia israelí
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La resiliencia palestina derrotó a la arrogancia israelí
Por Suhail Hani Daher Akel | 24/01/2025 | Palestina y Oriente Próximo
Fuentes: Rebelión
Una vez más Israel, la potencia ocupante, fue derrotada en Gaza y se vieron obligados a llegar a un acuerdo con Hamas. Desde el dolor, los palestinos alborozados agradecieron a Allah el paralizar la guerra genocida sionista. La resiliencia palestina quebró al chacal Netanyahu y su régimen terrorista.
Fue una destrucción de envergadura inédita. En 15 meses de invasión sionista a Gaza ante las miradas cómplice de la comunidad internacional, incluyendo los regímenes árabes, la potencia ocupante israelí utilizó todo su poderío militar. Armas destructivas, bombas prohibidas, poderosos aviones de guerra F15 y F16, helicópteros Apache y tanques pesados Merkava lanzados contra la población civil palestina desarmada. Se vivió lo más horrendo de la historia contemporánea.
Era necesario llevar la última gota de sangre palestina. Al menos 179 mártires fueron asesinados por las criminales fuerzas sionistas desde que se anunció el acuerdo de alto el fuego el pasado miércoles 15, entrando en vigor el domingo 19/1/2025. Entre los mártires, 30 niños y 32 mujeres. Otros 265 palestinos resultaron heridos.
Las cifras del horror
Desde el 7 de octubre de 2023 la invasión israelí mató a 46.788 mártires palestinos e hirió a 110.453, de ellos, el 40% está en estado grave. Según el Ministerio de Salud de Hamas estimó que “al menos 10,000 cuerpos de palestinos quedaron bajo los escombros”.
La fuerza invasora bombardeó ex profeso a más de 200 establecimientos gubernamentales, 136 escuelas, 823 mezquitas y 3 iglesias. Por su lado, el informe de la Oficina Humanitaria de la ONU, aseguró que: “sólo 17 hospitales de los 36 están funcionando parcialmente y con grandes escasez de medicamentos”. Según la Organización Mundial de la Salud: “reconstruir el sistema de salud en Gaza requerirá U$S 10.000 millones”.
Por su parte, la Oficina de Socorro de Emergencia de las Naciones Unidas afirmó: “casi 1,8 millones de personas en la Franja de Gaza necesitan actualmente un refugio de emergencia”. Más de 185.000 edificios fueron destruidos o arrasados. Estas estadísticas incluyen a 245.123 apartamentos. Según la misma, la reconstrucción de los hogares bombardeados podría extenderse hasta el año 2040. La ONU debe obligar a Israel pagar la reconstrucción y las vidas palestinas.
Cerca de la 1:00 am del lunes 20 llegaron a Ramallah los autobuses de la Cruz Roja Internacional transportando a los 90 secuestrados palestinos, siendo recibidos por miles de ciudadanos rompiendo las amenazas del enemigo israelí que no aceptarían celebraciones. Entre los liberados, 69 son mujeres, de ellas, la líder del FPLP, Khalida Jarrar (62) y 21 niños, 10 de ellos menores de 12 años.
*Suhail Hani Daher Akel, fue el primer Representante Diplomático de la OLP y el primer Embajador del Estado de Palestina en la República Argentina.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.
viernes, 24 de enero de 2025
Trump acusa a Zelenski de socavar los acuerdos de paz
- Sputnik Mundo
Trump acusa a Zelenski de socavar los acuerdos de paz
No se ha alcanzado un acuerdo sobre la solución del conflicto en Ucrania porque Volodímir Zelenski "quería luchar", declaró el presidente estadounidense, Donald Trump, en una entrevista con 'Fox News'.
"Podíamos llegar a un acuerdo (...) y Zelenski decidió que quería luchar", declaró Donald Trump, comentando la posibilidad de poner fin a las hostilidades.
El presidente señaló también que Zelenski "no debería haber permitido el inicio de una operación especial en Ucrania" y ha pedido que se ponga fin al conflicto lo antes posible. De acuerdo con él, Zelenski ahora se muestra dispuesto a negociar la paz.
"Zelenski, les diré, quiere arreglar todo ahora. Ya ha tenido suficiente", enfatizó Trump.
Durante su campaña electoral, Trump afirmó que el conflicto en Ucrania nunca habría comenzado si él hubiera sido presidente en lugar del expresidente, Joe Biden, y agregó que, de ser reelegido, lo resolvería en 24 horas.
Trump habría instruido acabar con el conflicto en Ucrania en 100 días
Al respecto, el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, calificó esas declaraciones del mandatario estadounidense como una simplificación excesiva, argumentando que el conflicto es demasiado complejo para solucionarse en un solo día.
Posteriormente, el plazo de solución prometido por Trump se había extendido a 100 días.
Por su parte, el secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, declaró el 21 de enero que el presidente no había puesto en práctica sus planes porque requería "un duro esfuerzo de diplomacia".
Más aún, desde Rusia han manifestado en repetidas ocasiones que Moscú está abierta al diálogo con la nueva Administración estadounidense sobre el conflicto ucraniano, pero el objetivo del acuerdo debe ser la paz a largo plazo y no una breve tregua.
Para el presidente ruso, Vladímir Putin, es preciso eliminar las causas profundas de la crisis, y un eventual acuerdo de paz debe tener en cuenta las realidades en la línea del frente y la voluntad de los residentes de los antiguos territorios ucranianos que desearon unirse a Rusia en los respectivos referendos.
jueves, 23 de enero de 2025
Rusia afirma ante la ONU que dará seguimiento al acuerdo de alto al fuego entre Israel y Hamás
- Sputnik Mundo
Rusia afirma ante la ONU que dará seguimiento al acuerdo de alto al fuego entre Israel y Hamás
ONU (Sputnik) - El representante de Rusia ante la Organización de las Naciones Unidas, Vasili Nebenzia, aseguró que su país dará seguimiento al cumplimiento del acuerdo del alto al fuego entre Israel y el movimiento palestino Hamás, que entró en vigor el pasado 19 de enero.
"Vamos a seguir la implementación del pacto entre Israel y Hamás y apoyaremos cualquier iniciativa para el cese del fuego incondicional y general en toda la zona del conflicto palestino-israelí", dijo el representante ruso en una reunión del Consejo de Seguridad de la ONU sobre la cooperación con la Liga Árabe.
El alto al fuego aún "no es algo definitivo": ¿Qué futuro le espera a Hamás y Franja de Gaza?
Nebenzia subrayó también el respaldo de su país a las gestiones para garantizar el acceso humanitario seguro y sin obstáculos, así como el relanzamiento de las conversaciones dentro del marco de las resoluciones del Consejo de Seguridad y de la Asamblea General de la ONU.
El diplomático destacó la posición consolidada de la Liga Árabe, que favoreció al clima internacional necesario para el logro de los acuerdos entre Israel y Hamás.
Rusia, enfatizó, está dispuesta a "contribuir de todas las formas posibles a la normalización en la región", en particular mediante la colaboración entre la Liga Árabe y la ONU.
El pasado 15 de enero, Israel y Hamás acordaron un alto el fuego por 42 días con la mediación de Catar, Egipto y Estados Unidos, que entró en vigor el 19 de enero.
La primera fase del acuerdo prevé el canje de 33 israelíes retenidos por Hamás por unos 1.000 prisioneros palestinos. Las fuerzas israelíes deberán replegarse hasta las fronteras de la Franja de Gaza, aunque permanecerán dentro de sus límites por ahora.
Se trata del segundo alto al fuego desde que una operación sorpresa coordinada por Hamás en más de 20 comunidades israelíes, el 7 de octubre de 2023, desató las hostilidades en Gaza.
Suman más de 47.000 los muertos en Gaza por la ofensiva israelí
La primera tregua humanitaria se prolongó del 24 de noviembre al 1 de diciembre de 2023 y permitió canjear a 80 israelíes por 240 palestinos. Además, las milicias palestinas liberaron a casi 30 cautivos más, en su mayoría tailandeses residentes en Israel.
Rusia y otros países abogan por una solución de dos Estados, aprobada por la ONU en 1947, como la única vía posible para lograr una paz duradera entre Israel y Palestina.
La derrota de Ucrania redefinió la bélica agenda verde y la salida de Trump del Acuerdo de París
La derrota de Ucrania redefinió la bélica agenda verde y la salida de Trump del Acuerdo de París
Sputnik Mundo, 23.01.2025
La dupla Obama-Biden en 2014 nunca sopesó las consecuencias de la humillante derrota de EEUU-OTAN en Ucrania que permitió la asunción del petrolero Trump, quien mediante sus órdenes ejecutivas sepulta la bélica agenda verde y provoca su salida del Acuerdo climático de París, que era una trampa geopolítica diseñada contra los hidrocarburos de Rusia.
Desde la disolución de la URSS en 1991, el plan eterno del partido demócrata en todas sus variantes cupulares ha sido desmembrar, balcanizar y cambiar el Gobierno de Rusia, como admitió en su momento el subsecretario de Estado, Strobe Talbott, exdirector de la revista Time con el expresidente Clinton.
El golpe de Estado propiciado por la CIA en Ucrania, bajo la batuta de la entonces subsecretaria de Estado, Vicky Nuland —al unísono de toda la pléyade de neoconservadores straussianos que han controlado el Departamento de Estado y el Pentágono desde Paul Wolfowitz con Baby Bush— tuvieron como objetivo arrinconar con la "máxima presión" a Rusia en su frontera inmediata provocando una "guerra civil demográfica" entre dos poblaciones: la de Ucrania y Rusia, originarias del "Kiev Rus" del siglo IX.
La Casa Blanca anuncia que Trump abandonará el Acuerdo de París sobre cambio climático
20 de enero
Es relevante colocar en perspectiva el Acuerdo climático de París, sucesor del Protocolo de Kyoto, avalado por el Senado estadunidense desde la etapa del demócrata Bill Clinton, pero quien nunca lo firmó farisaicamente porque le hubiera costado a EEUU el desembolso de un mínimo de $3 billones de dólares (trillones en anglosajón).
Idílicamente, el acuerdo climático —diseñado para ingenuos / oligofrénicos / desinformados— propone la descarbonización mediante la reducción del muy publicitado "efecto invernadero" para limitar el calentamiento global debajo de los dos grados Celsius a expensas del petróleo "sucio".
Ya sepultado conveniente y financieramente el Protocolo de Kyoto de EEUU y cambiado por el Acuerdo climático de París, a conveniencia de los zelotes verdes, hoy derrotados, de la Unión Europea —primordialmente los pugnaces verdes en Alemania con su gobierno desfondado por motivos energéticos— se produjo un debate inagotable que politizó e ideologizó el "cambio climático" que supuestamente debería ser un tema científico.
El debate se generó entre la visión del cambio climático antropogénico —es decir, provocado por los seres humanos y las vacas excretadoras de dióxido de carbono— y la minoría replegada de los científicos que propugnan que se trata de una consecuencia cíclica de la Vía Láctea y del cambio del campo magnético.
Hay que reconocer que, a nivel publicitario-mercadotécnico, la batalla propagandística fue ganada por los palafreneros que determinaron que el cambio climático se debía a la culpabilidad de la producción de los gases de efecto invernadero de humanos y vacas, en detrimento del teorema científico de la Vía Láctea sobre su ciclicidad —independiente de humanos y vacas.
Recomiendo la lectura científica del artículo Campo Magnético Terrestre, Supernovas Cercanas y cambios en la biota.
Una premonitoria señal relevante la aportó nada menos que John Kerry, el 'zar' climático de Biden, quien abandonó su puesto cuando se empezó a venir abajo la polémica y bélica "agenda verde" que dañaba más de lo que beneficiaba a "Occidente (whatever that means)".
Breitbart, el único medio favorable a Trump en medio del océano globalista neoliberal favorable a la propaganda bélica de los verdes y el origen antropogénico del cambio climático, comenta que detrás del retiro del Acuerdo de París por Trump subyace la expansión de la extracción del petróleo que quizá tenga que ver con el cambio de nombre ya implementado por el estado de Florida de Golfo de México a "Golfo de América", donde están pletóricas reservas de petróleo.
Moscú advierte que los límites de precios de petróleo ruso afectarán estabilidad del mercado global
Breitbart comenta la salida de Trump del Acuerdo de París sin especificar la fecha que, "de acuerdo con sus reglas intrínsecas, tomaría un año después de haber notificado formalmente a la ONU".
Algo sucedió en el intermezzo del régimen de Biden ya que el mismo Trump, durante su primer mandato, se había retirado del Acuerdo de París en junio del 2017 (sic).
Una de las razones por las que Trump se retira del Acuerdo de París se debe a la incoercible inflación que atribuye al alza de los combustibles, por lo que el petrolero presidente 47 expande la extracción de crudo por doquier con el fin de reducir el alza de los precios que han fastidiado a los usuarios: "Finiquitamos la agenda verde y revocamos el mandato de los vehículos eléctricos con el fin de rescatar la industria automotriz", espetó Trump.
Como era de esperarse, los líderes industriales de los hidrocarburos en EEUU festejaron las medidas de Trump como el "retorno a la era del dominio energético" del país.
Sin contar el cambio del "campo magnético" del planeta Tierra, mucho más deletéreo que la emisión de carbono por los humanos y las vacas, una cosa es segura desde el punto de vista político, doméstico y geopolítico global: la bélica agenda verde se desplomó y regresa el petróleo y la energía de las plantas nucleares en la fase del petrolero Trump, lo cual beneficia a los productores de hidrocarburos.
Las opiniones expresadas en este artículo pueden no coincidir con las de la redacción.
Cómo la CIA y la OTAN llevaron a cabo ataques terroristas en Italia
Operación Gladio
Cómo la CIA y la OTAN llevaron a cabo ataques terroristas en Italia
Por Massimo Innamorati | 23/01/2025 | Europa
Fuentes: Periodismo Alternativo
A pesar de que estos hechos impactantes fueron expuestos hace 30 años y afectaron a todos los gobiernos europeos de la OTAN, siguen siendo en gran medida desconocidos fuera de Italia.
En 1990, el primer ministro italiano Giulio Andreotti se vio obligado a revelar la existencia de una vasta red paramilitar clandestina que operaba en Italia desde hacía décadas bajo el mando de la OTAN . Esta red, llamada Gladio, había sido responsable de varios atentados terroristas que habían causado cientos de víctimas civiles, así como de dos intentos de golpe de Estado (1964 y 1970).
Estas revelaciones, que implicaban a muchos países europeos, entre ellos Gran Bretaña y Estados Unidos, dieron lugar a una serie de investigaciones nacionales y durante meses provocaron una tormenta política internacional que compitió con la Guerra del Golfo por conseguir atención en la prensa. Sin embargo, hoy esas revelaciones parecen haber sido borradas de la memoria histórica.
Sin duda, las lecciones políticas que se deben extraer de estos acontecimientos son la razón de su eliminación. Los acontecimientos de la Operación Gladio demostraron cómo responde la burguesía imperialista cuando siente que su dominio está amenazado, incluso si la oposición juega según las reglas de las propias instituciones de la burguesía.
Raíces de la operación
Durante la mayor parte del siglo XX, los comunistas en Italia gozaron de un apoyo masivo, siendo reconocidos como la primera línea de la resistencia partidista contra el fascismo , y el Partido Comunista Italiano (PCI) creció hasta tener más de dos millones de miembros (más que cualquier otro partido en Europa durante la mayor parte del período de posguerra), obteniendo más del 34 por ciento del voto electoral en su apogeo y desempeñando un papel clave en la vida social y cultural de la clase trabajadora.
Tras la caída del fascismo, el PCI contó también con el apoyo de miles de hombres y mujeres armados, antiguos miembros de la resistencia partisana y también de las fuerzas policiales de la nueva república. Si bien esa base podría haberse movilizado para hacer avanzar la posición de la clase obrera, el líder del PCI, Palmiro Togliatti, optó por mantener la línea de guerra de un frente único con las fuerzas democrático-burguesas, que se había establecido como parte de la lucha contra el fascismo.
Según su línea, que convertía de manera oportunista el frente único de una táctica antifascista en un principio general, el partido debía obtener el poder por medios parlamentarios burgueses y sólo entonces sus fuerzas armadas serían movilizadas defensivamente. Pero para la burguesía incluso estas condiciones eran inaceptables.
Esta fue la situación en la que el imperialismo intentó montar una ofensiva aprovechando las fuerzas más reaccionarias de la sociedad italiana: el fascismo, la mafia y la Iglesia.
Tras el desembarco aliado en Sicilia en 1943 durante la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos había reclutado los servicios de la mafia a través de la Operación Underworld. En 1945, el comandante fascista Príncipe Junio Valerio Borghese, que había sido capturado por los partisanos y estaba a la espera de ser ejecutado, fue rescatado por la predecesora de la CIA (la OSS) y absuelto de sus crímenes de guerra.
Muchos de estos casos de colaboración permitieron a Estados Unidos establecer una red de agentes fascistas en el país que podrían emplear como fuerzas anticomunistas. Licio Gelli fue otro de los camisas negras fascistas que escapó de la justicia partidaria gracias a la protección de Estados Unidos. Más tarde, la CIA le encargó que dirigiera el ala política secreta de Gladio, una sociedad secreta conocida como Propaganda Due o P2, que fue descubierta en 1981 y que contaba con más de 900 miembros, entre los que se encontraban altos oficiales del ejército, la policía y los servicios secretos, así como industriales, políticos y jueces (uno de los miembros más conocidos fue el ex primer ministro Silvio Berlusconi).
En las elecciones de 1948, las primeras desde la caída del fascismo, compitió el Frente Democrático Popular (FDP) del PCI contra los Demócratas Cristianos (DCI), respaldados por Estados Unidos. Aunque aparentemente se le dio al pueblo la opción de elegir entre dos coaliciones, en la práctica quedó claro que la elección era entre la continuación del gobierno burgués bajo el DCI o la guerra civil, ya que la dirección del DCI dejó en claro que no concedería la victoria al PCI ni siquiera si obtenía la proporción necesaria de votos.
Tras las revelaciones de los años 90, el presidente Francesco Cossiga admitió que la DCI había creado su propia organización paramilitar, lista para entrar en acción en caso de una victoria comunista, y que él mismo estaba “armado hasta los dientes”.
La victoria del DCI en estas elecciones dudosas, caracterizadas por una tremenda injerencia norteamericana , fue seguida por una larga serie de protestas, durante las cuales más de 60 trabajadores, la mayoría de ellos comunistas, fueron asesinados por el Estado. El líder del PCI, Togliatti, sobrevivió a un intento de asesinato durante este período, pero mientras los militantes comunistas se rebelaban, Togliatti llamó a la calma.
Ya en los años 50, los “Gladiadores” (como se denominaba internamente a los agentes de Gladio) empezaron a recibir entrenamiento en Gran Bretaña y armas de los Estados Unidos. Se hicieron planes para iniciar un conflicto e incluso invadir el país si los comunistas ganaban las elecciones o se les permitía participar en algún gobierno. Se instaló una base de Gladio en Cerdeña donde los gladiadores podían recibir entrenamiento británico y estadounidense.
A medida que la organización de la clase trabajadora aumentaba y el PCI continuaba ganando mayor apoyo en las elecciones siguientes, amenazando finalmente el monopolio del DCI en los puestos del gabinete en 1963, la clase dominante dependió de sus activos de Gladio para responder con una violencia cada vez mayor, tanto de manera dirigida como indiscriminada.
Golpes de Estado, atentados y asesinato de Aldo Moro
En 1963, por primera vez en la historia de la República, la DCI tuvo que ceder puestos en el gabinete al Partido Socialista Reformista (PSI) y al PCI. Preocupada por que el líder de la DCI, Aldo Moro, estuviera haciendo demasiadas concesiones al PSI reformista, un sector de la burguesía organizó un golpe de Estado conocido como «Piano Solo», con la colaboración de la CIA, el jefe de la policía paramilitar De Lorenzo y los servicios secretos italianos, encargados de dirigir las operaciones de Gladio bajo el mando del coronel Renzo Rocca.
La primera fase del golpe consistió en atentados con bandera falsa contra las oficinas de la DCI, de los que se atribuyó la culpa a grupos comunistas. La segunda fase, en junio de 1964, comenzó bajo la apariencia de un desfile militar. Después del desfile, las tropas permanecieron en Roma con el falso pretexto de «cuestiones logísticas», preparándose para llevar a cabo el golpe. Tras una reunión entre Aldo Moro y el general De Lorenzo, el golpista, el gobierno anunció la intención del PSI de renegar de muchas de sus demandas reformistas. Esta genuflexión ante la clase dominante por parte del PSI socialdemócrata fue suficiente para calmar la situación y abortar el golpe.
A finales de los años 60, cuando la lucha de clases se intensificó, las huelgas masivas exitosas permitieron a la clase obrera italiana obligar al Estado a hacer varias concesiones, entre ellas, protección legal contra el despido por razones políticas (como la actividad sindical) y protección contra la vigilancia en el lugar de trabajo. Al mismo tiempo, los operadores de Gladio llevaron a cabo varias acciones terroristas.
Una de ellas fue la masacre de la Piazza Fontana (1969), un atentado indiscriminado contra los trabajadores agrícolas del Banco Nacional de Agricultura. En un principio se atribuyó la acción a grupos anarquistas, pero, aunque más tarde se descubrió a los autores fascistas, ninguno fue castigado. Como testificó más tarde Vincenzo Vinciguerra, miembro de la organización fascista responsable, Ordine Nuovo (Orden Nuevo):
“Había que atacar a los civiles, a la población, a las mujeres, a los niños, a gente inocente, a gente desconocida, alejada de cualquier juego político. El motivo era muy sencillo: se pretendía obligar a esa gente, a la opinión pública italiana, a dirigirse al Estado para pedir más seguridad.
“Éste fue precisamente el papel de la derecha en Italia: ponerse al servicio del Estado, que creó una estrategia llamada acertadamente “Estrategia de la tensión”, en la medida en que tuvo que hacer aceptar a la gente común que en cualquier momento durante un período de 30 años, desde 1960 hasta mediados de los años ochenta, podía declararse el estado de excepción.
“Así, la gente estaría dispuesta a cambiar parte de su libertad por la seguridad de poder caminar por la calle, viajar en tren o entrar en un banco. Ésta es la lógica política que se esconde detrás de todos los atentados. Quedan impunes porque el Estado no puede condenarse a sí mismo.” [1]
En documentos desclasificados de la P2, Renzo Rocca también afirmó: “Una acción anticomunista eficaz y global… requiere la creación de grupos activistas, grupos de jóvenes, pandillas que puedan utilizar todos los métodos, incluidos los no ortodoxos como la intimidación, las amenazas, el chantaje, las peleas callejeras, los asaltos, el sabotaje y el terrorismo”. [2]
En el frente político, la clase dominante también encargó al ex fascista y agente de la CIA Junio Valerio Borghese que liderara otra operación golpista en diciembre de 1970. Bajo el nombre clave Tora Tora, varios grupos armados se reunieron en Roma y Milán con el plan de ocupar edificios gubernamentales, arrestar a figuras políticas y reprimir la resistencia en zonas obreras.
Pero el golpe fue abortado en el último momento en circunstancias misteriosas. El agente de la CIA y mafioso Tommaso Buscetta especuló más tarde que el golpe había sido detenido debido a la presencia de barcos soviéticos en el Mediterráneo. De hecho, durante las investigaciones sobre la masacre de Gladio en Piazza Fontana, se supo que el golpe había sido abortado por órdenes de los EE.UU.
Durante las investigaciones también se descubrió la complicidad de la sociedad secreta P2 y de los grandes grupos mafiosos. De los más de 100 conspiradores, todos fueron finalmente absueltos, mientras que el líder del golpe Borghese pudo huir a España, demostrando una vez más la complicidad de todas las instituciones del Estado burgués.
Tras las elecciones de 1976, el PCI y el DCI estaban empatados, obteniendo alrededor del 34% y el 38% de los votos respectivamente. Incapaz de marginar legítimamente al PCI en ese momento, el líder del DCI, Aldo Moro, se abrió a la teoría revisionista del PCI de lo que llamó el «Compromiso Histórico» (Compromesso Storico).
Esta teoría, creada por el líder del PCI Enrico Berlinguer, sostenía que la experiencia chilena del líder marxista Salvador Allende, que había sido asesinado en un golpe de estado tras su victoria electoral, demostraba la necesidad de que los comunistas impidieran una alianza entre el “centro” y la “derecha” burguesa “colaborando con fuerzas de orientación católica u otra orientación democrática”. [3]
En otras palabras, el PCI pretendía cortejar al ala “moderada” de la burguesía para impedir que se aliara con los golpistas fascistas (lo que no sabía era que todos los jefes de gobierno habían sido informados secretamente de Gladio, y más tarde incluso Bettino Craxi del supuestamente “izquierdista” PSI).
Para este propósito, el partido rompió oficialmente sus vínculos con el Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS), dando paso a la tendencia corrupta y traidora del eurocomunismo.
A pesar de la debilidad de esa posición antimarxista, el gobierno estadounidense seguía insistiendo ante Moro en que no se toleraría ninguna apertura hacia el PCI. No obstante, Moro decidió desafiar las directivas estadounidenses e incluir al PCI en su gobierno. Sin embargo, el 16 de marzo de 1978, Moro fue secuestrado y asesinado después de 55 días de cautiverio por el grupo guerrillero urbano comunista conocido como las Brigadas Rojas (BR).
Los BR pensaron que acorralando a la DCI podrían hacer estallar las contradicciones entre la base proletaria del PCI y su dirección oportunista. Sin embargo, el PCI se mantuvo firme junto a la DCI y al Estado al negarse a cualquier compromiso para rescatar a Moro. Cerca del momento de su ejecución, Moro, que comprendió que las instituciones del Estado no tenían intención de organizar su liberación, exigió que nadie de su propio partido, la DCI, pudiera asistir a su funeral.
Un informe oficial de 1995 afirmaba que las Brigadas Rojas habían sido convertidas en instrumentos de un complot político más amplio. En 1979, Carmine Pecorelli, periodista de investigación y miembro de la P2, fue asesinado por la mafia por su trabajo, lo que indicaba la complicidad del Estado en el caso Moro (el líder de la DCI, Andreotti, fue posteriormente juzgado y condenado por ordenar el asesinato, pero fue absuelto en 2003).
Hasta el día de hoy, el panorama completo del caso de Moro sigue siendo oscuro. No obstante, es revelador comparar el caso de Moro con el secuestro del oficial de la OTAN estadounidense James L. Dozier por parte de los BR en 1981. En el caso de Dozier, el Estado movilizó todas las fuerzas e incluso llevó a cabo una campaña de tortura salvaje contra los brigadistas encarcelados, con el fin de lograr la liberación del cautivo.
El terrorismo de Estado continuó, a menudo con motivos poco claros, y alcanzó su punto álgido en la masacre de la estación de trenes de Bolonia en los años 80. Un grupo de fascistas atacó a la gente que esperaba en la sala de espera de la clase económica y colocó una bomba que mató a más de 80 personas. El jefe de la P2, Licio Gelli, fue acusado de intentar desbaratar las investigaciones, mientras que los dos fascistas encarcelados por el crimen, Francesca Mambro y Valerio Fioravanti, fueron liberados en 2004 y 2008. Aunque admitieron otros asesinatos, siguen negando cualquier implicación en la masacre de Bolonia.
El revisionismo del PCI acabó dando sus frutos amargos. El número de miembros del partido había ido disminuyendo de forma lenta y constante desde el XX Congreso del PCUS de 1956, en el que Nikita Khrushchev denunció el legado de Stalin . Creció en la década posterior a las exitosas luchas de finales de los años 1960, pero volvió a declinar a partir de finales de los años 1970.
En aquella época, el ritmo acelerado de las exportaciones de capital, que trasladaban al exterior una proporción cada vez mayor de la producción, estaba llevando a un desempoderamiento constante del proletariado en todos los países imperialistas occidentales. Durante los años eurocomunistas de 1980, el PCI perdió apoyo y finalmente se liquidó con la caída de la URSS en 1991.
Tras estos acontecimientos, la estrategia de tensión y terrorismo de Estado también llegó a su fin.
Cómo se deshizo el nudo
A partir de los años 60, los funcionarios de la OTAN comenzaron a cultivar relaciones con organizaciones terroristas fascistas como Ordine Nuovo (ON), entre otras. En esa época, ya se había formado una división dentro del campo fascista entre los llamados «fascistas» y los «neofascistas». Los primeros acusaban a los segundos de traicionar al fascismo al convertirse en agentes de la OTAN y del régimen liberal burgués.
Estos fascistas, a diferencia de los «neofascistas», expresaban una posición estrictamente nacionalista burguesa y consideraban al régimen liberal de posguerra como un enemigo (a pesar de que tanto los estados fascistas como los liberales eran formas de gobierno burgués). Como resultado, también entraron ocasionalmente en conflicto armado con las fuerzas estatales. A este grupo pertenecían Valerio Fioravanti, su esposa Francesca Mambro y Vincenzo Vinciguerra.
En 1972, Vinciguerra colocó una bomba en la ciudad nororiental de Peteano (muy cerca de la frontera con Eslovenia) que mató a tres policías, una acción que él consideraba parte de una lucha contra el Estado y una ruptura con el movimiento neofascista que estaba “dirigido por el Estado y los poderes internacionales”. Esta acción fue encubierta por un agente de la ON que operaba dentro de las fuerzas policiales y reutilizada como una operación de bandera falsa.
Durante diez años estuvo atribuido oficialmente a un grupo militante comunista, hasta que el juez de instrucción Felice Casson, al revisar el caso, descubrió sus irregularidades y ordenó la detención de Vinciguerra.
La desilusión de Vinciguerra con el «neofascismo» de ON lo motivó a revelar lo que sabía sobre la operación Gladio, la naturaleza organizada de la violencia política y el terrorismo y los vínculos profundos e insolubles entre las organizaciones fascistas y el aparato estatal italiano. Sus declaraciones se destacan porque no fueron realizadas a cambio de una reducción de la pena, sino por convicción política.
Fue el trabajo del juez Casson el que acabó implicando al propio primer ministro Andreotti. Las revelaciones de Andreotti también introdujeron una narrativa oficial, según la cual esta red secreta existía para “ser activada en caso de agresión soviética”. De hecho, la clase obrera italiana organizada era el objetivo de la operación, que no estaba latente sino extremadamente activa, y la clase dominante italiana y sus amos imperialistas estadounidenses estaban dispuestos a calificar cualquier avance de los trabajadores de “intervención soviética”.
A principios de los años 90, cuando la batalla legal se intensificó, Andreotti se dio cuenta de que sus superiores podrían estar preparándose para sacrificarlo como chivo expiatorio para poner fin al creciente escándalo. Para protegerse, comenzó a quitarle la alfombra a otros funcionarios estatales involucrados, así como a los gobiernos de Estados Unidos y otros países europeos. Se reveló que la CIA había distribuido alijos de armas por todo el país para que las usaran gladiadores seleccionados ideológicamente. Además, los líderes de todos los países de la OTAN estaban al tanto de las reuniones de Gladio y habían participado en ellas .
Al final, incluso el Parlamento Europeo se vio obligado a reconocer la existencia de Gladio, sus vínculos con los servicios secretos europeos, la OTAN y los Estados Unidos, así como sus arsenales de armas. En 1990, una resolución exigía que se realizaran investigaciones parlamentarias en todos los Estados miembros, así como procesos judiciales y el desmantelamiento de todas las redes de Gladio. Como era de esperar, ninguna de esas demandas se llevó a cabo.
Una profunda lección política
La Operación Gladio demuestra claramente el vínculo inquebrantable que existe entre el poder burgués y las instituciones burguesas, que la clase dominante está dispuesta a proteger mediante los crímenes más atroces. También pone al descubierto los cuentos de hadas revisionistas sobre «vías parlamentarias al socialismo» como ingenuos e idealistas temerarios.
Mientras el Partido Comunista italiano se ocupaba de la reconciliación de clases, el Estado burgués llevaba a cabo acciones terroristas para evitar incluso reformas socialdemócratas moderadas. Mientras el revisionismo quería dejar de lado el antagonismo de clases, la clase dominante nunca cuestionó ni por un momento su necesidad de aplastar a la clase obrera organizada por cualquier medio necesario.
Al promover la idea de que el parlamento burgués podía ofrecer a los trabajadores un camino hacia el socialismo, el PCI no sólo desvió las energías de sus miembros y del movimiento en general, sino que también concedió un argumento ideológico central de la burguesía: que la democracia formal que se había restaurado después de la guerra era lo suficientemente buena para todas las clases. En el contexto de una militancia generalizada de la clase obrera, no es difícil entender que la renegación de la dirección del PCI contribuyó a la formación espontánea de grupos guerrilleros urbanos comunistas como las Brigadas Rojas, que al final estaban desesperadamente mal equipados para participar en una confrontación prolongada con el Estado.
Los acontecimientos de Gladio también pusieron de manifiesto la íntima relación entre el Estado, las organizaciones fascistas y la mafia. Estas últimas eran instrumentos utilizados en la lucha de clases, a veces sin saberlo, pero a menudo con complicidad explícita. Se podía confiar en ellas para llevar a cabo operaciones que las fuerzas estatales oficiales no podían permitirse asumir sin dañar su legitimidad, como ataques violentos contra trabajadores y manifestantes e incluso actos de terrorismo.
Esta actividad requería un apego ideológico inquebrantable a la clase dominante y un desprecio absoluto por el proletariado (es decir, anticomunismo). Por esta razón, surgió un sistema de dos capas dentro de las instituciones estatales italianas, una de las cuales era encubierta y operaba sobre una base anticomunista y otra que abierta pero ciegamente buscaba defender nociones burguesas de legalidad y democracia que, de hecho, ya no eran sostenibles ni siquiera para la propia burguesía.
Fueron las contradicciones dentro del propio sistema burgués las que finalmente llevaron a los activos fascistas como Vinciguerra a volverse contra el Estado. La clase dominante pretendía representar los intereses de «la nación», pero en realidad actuó como un voluntario asistente de una burguesía extranjera más fuerte con el fin de mantener su lugar en la mesa del capital financiero global y su papel en la cadena imperialista. Esto alienó a los elementos pequeñoburgueses del movimiento fascista que adherían a un nacionalismo puramente idealista muy similar a los «pequeños ingleses» que imaginan que hay algún camino de regreso a los «días de gloria» del imperio británico.
Para las masas italianas, estos acontecimientos expusieron la perversidad de las instituciones estatales y la vacuidad de su democracia. Nociones como el «estragismo di stato» (doctrina de las masacres estatales) ganaron popularidad y quedaron grabadas en la comprensión popular de la historia italiana. El papel de liderazgo de la CIA en la supervisión de la Operación Gladio expuso la naturaleza limitada de la soberanía italiana desde la Segunda Guerra Mundial, y de los países de Europa occidental en general.
Si queremos honrar a los trabajadores que perdieron la vida durante esas décadas, y si queremos evitar una repetición de las terribles calamidades causadas a nuestro movimiento por la traición revisionista, debemos recordar y difundir la conciencia de la memoria de esta historia y sus profundas lecciones.
Notas:
[1] Allan Francovich, entrevista con Vinciguerra para BBC2 Timewatch, 1992.
[2] Informe sobre la masacre de Piazza della Loggia expediente n. 1962-2-21-32: “Aspetti dell’azione anticomunista in Italia e suggerimenti per attuare una politica anticomunista”.
[3] Enrico Berlinguer, Riflessioni sull’Italia dopo i fatti del Cile , publicado en Rinascita, 12 de octubre de 1973.
Fuente original: https://nuevarevolucion.es/operacion-gladio-como-la-cia-y-la-otan-llevaron-a-cabo-ataques-terroristas-en-italia/
miércoles, 22 de enero de 2025
Lecciones que aprender del sufrimiento del pueblo de Gaza
Lecciones que aprender del sufrimiento del pueblo de Gaza
Por Jair de Souza | 22/01/2025 | Opinión
Fuentes: Rebelión
Con la entrada en vigor del acuerdo de cesación del fuego en la Franja de Gaza, podemos contemplar con mayor claridad el macabro balance de las acciones de la máquina de matar del Estado sionista de Israel contra la indefensa población civil palestina.
Si hasta hace poco, Gaza ya era conocida como el territorio con mayor densidad poblacional del planeta, donde casi dos millones y medio de personas vivían hacinadas en un espacio equivalente al barrio de Parelheiros en la ciudad de São Paulo, ahora, estas mismas personas deben intentar sobrevivir acurrucadas entre los escombros, porque casi todo lo que había allí ha sido destruido por los bombardeos despiadados de las fuerzas militares sionistas.
Bueno, tal vez, imbuidas de un «humanitarismo» propio del sionismo, las autoridades sionistas de Israel hayan pretendido aliviar un poco el problema causado por el excesivo número de habitantes en un espacio tan pequeño. Debe de ser por eso que, desde el 7 de octubre de 2023, el Estado de Israel se ha dedicado a matar palestinos, especialmente a niños y mujeres, habiendo ya alcanzado casi 50 mil muertes en tan poco tiempo. Probablemente la motivación detrás de esta mortandad ha sido: «Con menos seres vivos, los palestinos podrán acomodarse mejor en lo que queda del lugar».
Sin embargo, a pesar de todos los horrores que hemos podido ver en videos y fotos casi en vivo, las autoridades de los países europeos, en general, no han demostrado serias preocupaciones por el drama sufrido por el pueblo palestino. En algunos lugares, como Alemania y Francia, por ejemplo, las principales medidas tomadas por sus autoridades tuvieron que ver con los intentos de impedir que sus ciudadanos externaran su repudio a la complacencia que se estaba exhibiendo ante un genocidio tan horripilante. ¿Cómo ha sido posible que algo así sucediera en una región que creó, gestionó y sufrió las consecuencias del nazismo hace unas décadas? Estas son preguntas importantes que deben responderse.
Mucha gente tiene dificultades para entender la sintonía casi completa entre los neonazis y sus contemporáneos sionistas. Este estado de afinidad mutua se ha visto reforzado ante el horrendo crimen que se está cometiendo en Gaza, donde los sionistas israelíes están masacrando a niños, mujeres y a todo el pueblo palestino, en el genocidio más abominable de este siglo.
¿Cómo explicar que los neonazis defiendan con tanto entusiasmo una masacre llevada a cabo por quienes, según algunos, serían sus enemigos más odiados?
De hecho, este malentendido se debe a una equivocada equiparación de este fenómeno con otro relacionado con la época en la que estaba vigente el nazismo. Es que, en la Alemania hitleriana, los nazis retrataban a los judíos como los seres más despreciables imaginables, cuyo exterminio sería no sólo deseable sino necesario por el bien de la humanidad sana.
Sin embargo, muchos olvidan tener en cuenta que, en Alemania y en el resto de Europa en ese momento, los judíos constituían un grupo humano con características muy diferentes a las que prevalecen entre los sionistas en la actualidad. Hoy en día, en el continente europeo, el número de sus habitantes que pueden identificarse como judíos es relativamente muy pequeño.
Es importante dejar muy claro que, hasta las primeras décadas del siglo pasado, el expresivo número de judíos en Europa estaba compuesto en gran parte por personas que vivían del trabajo asalariado. Al igual que los demás trabajadores, ellos también padecían el sufrimiento causado por la violencia del gran capital. Además, hay que señalar que muchos de ellos se habían sumado a las luchas por la emancipación de la clase obrera y por la construcción de sociedades de nuevo tipo. Por esta razón, era común encontrar personas de ascendencia judía entre los líderes de los movimientos revolucionarios de la época. A su vez, la ideología sionista era casi irrelevante en esas comunidades.
Por lo tanto, mucho más que en función de un inexplicable visceral odio racista, la aversión nazi hacia los judíos en ese período se construyó esencialmente para satisfacer la necesidad del gran capital de tener algún grupo social que le sirviera como factor unificador de las fuerzas reaccionarias, para que éstas defendieran sus intereses de clase contra las amenazas que representaba el avance de la organización popular. Como sabemos, las masas trabajadoras judías de Europa en ese momento desempeñaron un papel similar al que allí desempeñan ahora los inmigrantes de los países periféricos.
Hoy, ya sea en los países europeos o en los Estados Unidos, los judíos ya no representan un grupo numéricamente expresivo de extracción popular en condiciones de cumplir la función de enemigo común a combatir. Por lo tanto, es sociológicamente improbable que el antisemitismo (en su sentido de antijudaísmo) vuelva a adquirir proporciones equivalentes a las que tuvo durante la fase en la que el nazismo de Hitler gobernaba Alemania.
Sería bueno dejar claro que el párrafo anterior no pretende ignorar los riesgos de un resurgimiento del nazismo, o de cualquiera de sus variantes. Ni mucho menos. Lo que estamos tratando de explicar es que las peculiaridades que prevalecen en la coyuntura actual nos llevan a creer que las víctimas potenciales de la ira neonazi no están en las comunidades judías, sino en otros grupos sociales que aparentan ser más adecuados para servir a este propósito.
Como ya lo habíamos adelantado de paso, el judaísmo y el sionismo nunca han significado lo mismo. El judaísmo es una identidad cultural o religiosa, pero no racial. El sionismo, a su vez, es una ideología forjada a partir de los intereses de la gran burguesía judía en el momento en que se libraban las grandes disputas interburguesas en Europa. Hoy en día, el sionismo es en esencia una ideología al servicio del gran capital. Por lo tanto, no es casualidad que los neonazis y los sionistas de ahora vayan de la mano en casi todo. Es que, básicamente, el sionismo y el nazismo buscan preservar, defender y lograr los mismos objetivos, es decir, el sostenimiento de todo lo que favorece al gran capital en su fase más destructiva.
La humanidad le debe mucho al humilde y valiente pueblo palestino, porque con su sufrimiento, con su coraje y con su dolor, fue capaz de revelar al mundo la verdadera cara del sionismo, su similitud con el nazismo. Entonces se hace mucho más fácil entender por qué las fuerzas asociadas con la extrema derecha nazi-fascista en todas partes son las más ardientes defensoras de los crímenes del sionismo. Lejos de ser adversarios, los sionistas y los neonazis son ahora aliados umbilicalmente vinculados.
Hoy en día, sólo alguien ajeno a todo sentimiento humanista es capaz de no ver en el sionismo la ideología más atroz que se pueda imaginar. Además, gracias a la valiente colaboración de muchas personas pertenecientes a comunidades judías, está más evidente que nunca que el judaísmo y el sionismo no significan lo mismo. Mientras que el primero es una identificación cultural o religiosa totalmente aceptable y legítima, el sionismo debe ser visto como una de las ideologías más perversas y nefastas jamás creadas por el gran capital para servirle a sus propósitos.Si el genocidio y la tragedia del pueblo palestino han resultado en algo útil para todos, creo que esta contribución se relaciona con el haber eliminado de una vez por todas las dudas que aún pudieran persistir sobre lo nefasta que es la ideología sionista.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.
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